Decía André Breton que el surrealismo era un “automatismo psíquico puro por cuyo medio se intenta expresar el funcionamiento real del pensamiento”. El padre del surrealismo literario defendió la práctica de la escritura automática como forma indiscutible de catapultar el subconsciente a la superficie.
Y, cual André Bretón, millones de usuarios día a día teclean eufóricos en Google lo que primero se les viene a la cabeza, aguardando con total confianza que el buscador arroje la información que tanto ansían alcanzar, ¡y rápido! Entonces, ¿cómo acertar con los resultados de búsqueda ante la escritura automática de los internautas?
Desde el inicio de los tiempos digitales, esto ha supuesto el principal dolor de cabeza de Google. De ahí que perfeccione continuamente su algoritmo con el objetivo de ofrecer resultados relevantes, hasta para las consultas más intrincadas. Y aquí hace aparición RankBrain, el sistema de inteligencia artificial de Google, en funcionamiento desde otoño de 2015.
¿Qué papel juega RankBrain en el posicionamiento?
Según Search Engine Land, RankBrain forma parte del motor que mueve Hummingbird (colibrí), el algoritmo que gestiona y relaciona la información en Google para ordenarla en los resultados de búsqueda. Ese motor también está compuesto por otros engranajes, como por ejemplo los conocidos Panda y Penguin, que valora el contenido de calidad y penaliza las prácticas de linkbuilding, respectivamente.
Según nuestro compañero Antonio Salinero, consultor SEO en Súmate, “los factores de posicionamiento son aquellos que puedes trabajar en tu web para que RankBrain (y el resto de partes del algoritmo de Google) los interprete y les asigne un peso para obtener el posicionamiento de una página”. Este conjunto de factores en la jerga de Google es conocido como señales y se cifran en unas 200, a pesar de la que las subseñales podrían elevarse a 10.000.
De acuerdo con Greg Corrado, uno de los investigadores involucrados en el desarrollo de RankBrain, este representa el tercer gran factor de posicionamiento, por detrás del contenido y de los links entrantes. ¿Qué hace exactamente RankBrain?
- Interpreta búsquedas nuevas y ambiguas: RankBrain funciona como nexo de unión entre las búsquedas long-tail de mayor complejidad con resultados relevantes. Las consultas muy largas o nuevas pueden descolocar a una máquina que se guía solo por términos literales, al igual que ocurre con el uso de coloquialismos. Hasta ahora, Google había refinado su sistema de procesado de información, pero siempre requería personas programando detrás (por ejemplo el Panel de Conocimiento o Knowledge Graph).
- Gracias a RankBrain, el buscador puede refinar su funcionamiento en cuanto a las búsquedas por voz, cuya interpretación conlleva un mayor margen de error respecto a los malentendidos típicos en las consultas realizadas a través de audio.
- RankBrain es un sistema de inteligencia artificial que aprende solo: según Greg Corrado comentó en la entrevista en Bloomberg, “RankBrain aglutina vastas cantidades de contenido escrito y las transforma en elementos matemáticos, llamados vectores, que pueden ser comprendidos por el ordenador. Si RankBrain se encuentra con una palabra o frase que no le resulta familiar, la máquina puede adivinar qué otras palabras o frases podrían tener un significado similar y filtrar los resultados en base a ello”. Siguiendo este proceso, Google consigue predecir los resultados correctos ante búsquedas abiertas a distintas interpretaciones.
Por ejemplo, ¿cómo supo Google que tenía en mente a “La Montaña” en Juego de Tronos?

Entonces, ¿cómo optimizo mi web para RankBrain?
Es la pregunta clave que surge cada vez que Google modifica algún elemento de su algoritmo. No es tema baladí, puesto que algunas de estas actualizaciones han provocado grandes cambios en las reglas del juego del posicionamiento (no hace tanto vivimos el Mobileggedon).
Sin embargo, después de comprender la utilidad de este nuevo cerebro artificial, Gianluca Fiorelli comenta en Moz que no tiene demasiado “sentido” optimizar nuestra web para RankBrain, ya que sería sinónimo de cambiar el contenido y adaptarlo a búsquedas ambiguas.
La puesta en marcha de RankBrain supone, no obstante, un paso más allá a la hora de relacionar de forma más eficaz el contenido y ponerlo en conexión con las consultas de los internautas. En este contexto, Google continúa avanzando así en la dirección del SEO semántico, es decir, en la evolución hacia un sistema de clasificación al que no se le escapa el contexto ni la intención que hay detrás de ninguna búsqueda.
Y entonces terminaremos donde empezamos, porque seducir a RankBrain y, por ende, a Google, no será otra cosa que volver a los inicios y olvidar aquello de “escribir para los buscadores”. ¿Y cuál era ese punto de partida? Crear contenido pensando en las personas, aquellos internautas rebeldes que utilizan los buscadores y que deciden, a cada segundo, ejercitar su escritura automática en busca de respuestas.
¿Tienes claro el perfil de tus buyer personas? Te ayudamos a definirlo con esta guía, para que las personas no dejen de ser la base de tu estrategia de posicionamiento web:
