¡Qué caprichosas son las musas! Y cómo se resisten en los momentos más inoportunos, justo cuando estás obligado a producir una original, sorprendente y llamativa pieza de contenido web para atraer a los potenciales clientes de tu marca. En Súmate también nos pasa: hay días en los que la creatividad fluye sin trabas de nuestra mente a nuestros ordenadores, pero en otros la tarea se nos hace cuesta arriba. No se nos ocurren buenas ideas y las palabras y los trazos se nos atascan en los dedos.
Pero tenemos varias armas secretas para dinamitar estos bloqueos: 7 técnicas de creatividad en entornos web que utilizamos para recuperar la inspiración y resucitar nuestro arte. Hoy queremos compartirlas contigo para que a ti también te ayuden. ¿Por qué no las pruebas y nos cuentas si te resultan útiles?
1. Pomodoro
La técnica Pomodoro toma su nombre de que para ponerla en práctica necesitas un tomate. O, mejor dicho, uno de esos típicos minuteros de cocina con la forma de esta fruta. Se trata de activar la cuenta atrás de este cronómetro, un lapso total de 25 minutos, y escribir o diseñar lo que sea con la presión de tenerlo terminado cuando suene el pitido final.
Puede que cuando el tiempo acabe tengas entre manos un churro… pero también es posible que este constituya la materia prima ideal para una nueva y más sofisticada elaboración que satisfaga tus expectativas.
2. Carrera contra la batería menguante
Nuestra segunda propuesta es similar a la técnica Pomodoro pero, en este caso, dispondrás de más tiempo… o no, en función de la salud de la batería de tu portátil. El planteamiento es que cargues al máximo tu ordenador en la corriente eléctrica, lo desenchufes y te lances a crear desenfrenadamente hasta que la batería se agote, en una especie de carrera contrarreloj.
Lo importante de este sistema es que no te pongas nervioso. Debes ver el límite de tiempo como un reto, no como una condena.
3. Galería de famosos
Está claro que tú no sabes qué hacer ante la hoja en blanco. Pero, ¿adivinas qué harían el Papa, Donald Trump, Alejandro Sanz o el Rubius si estuvieran en tu lugar? Pues la técnica de la galería de los famosos consiste precisamente en preguntártelo.
Haz una lista con unos cuantos personajes populares que se te ocurran y prueba a mirar tu problema a través de sus ojos. Seguro que, de esta manera, tu forma de afrontar el proceso creativo cambia por completo.
4. Ojos limpios
Luego está lo más evidente: pedir ayuda al que está al lado, al compañero de trabajo, a tu madre, a tu pareja o al tendero de la esquina. La clave se encuentra en que tu auxiliador tenga lo que se conoce como “ojos limpios”, es decir, que no se encuentre contaminado por una sobrecarga de información previa acerca de lo que te traes entre manos -justamente lo que te está impidiendo a ti dar con una idea fresca y original-.
Esta persona con los ojos limpios igual te sugiere cuestiones sin sentido o poco aprovechables. Sin embargo, lo más probable es que acierte a tocar la tecla que tú no has visto y que preludiará una estupenda composición.
5. Relajación
Que las cosas no salgan como queremos nos pone, normalmente, de los nervios. Y cuando estamos irritables y dispersos, el pensamiento creativo no fluye. Así que, antes de perder el tiempo enfadándote por estar nervioso y alimentando, en consecuencia, cada vez más tu cabreo, es preferible que te tomes un descanso y practiques un ejercicio de relajación.
Las técnicas de relajación se basan, fundamentalmente, en el control de la respiración, la disminución de las tensiones en cada una de las partes del cuerpo y la concentración, ya sea en silencio o con la ayuda de una música tranquila. Encontrarás numerosas propuestas en sitios web relacionados con la psicología, el coaching, el control del estrés, el yoga o el mindfulness.
6. Seis sombreros para pensar
Cuando las deficiencias creativas son grupales, es interesante organizar una dinámica de pensamiento colectiva. Por ejemplo, con la técnica de los seis sombreros para pensar, inventada por Edward de Bono. Según nos explican desde Neuronilla, debemos disponer seis sombreros (reales o imaginarios) de diferentes colores. Cada color determina un estilo de pensamiento distinto que deberán asumir los participantes cuando lleven puesto el sombrero correspondiente:
Sombrero blanco: centrarse en los datos disponibles.- Sombrero rojo: basarse en la intuición, los sentimientos y las emociones.
- Sombrero negro: enfocarse en los aspectos negativos.
- Sombrero amarillo: hablar desde una óptica positiva.
- Sombrero verde: adoptar un rol creativo.
- Sombrero azul: apelar a la capacidad analítica, resumiendo y sacando conclusiones.
También es posible utilizar esta técnica de manera individual… aunque, claro, son mucho más enriquecedoras las ideas que se generan cuando se utiliza como herramienta colectiva.
7. Viajar (por ejemplo, a Palencia)
Cuando el planteamiento que tenemos ante nosotros es algo más elaborado y complejo, lo mejor es salir de nuestra rutina, abandonar nuestra zona de confort y rodearnos de un entorno completamente nuevo. Lo podemos conseguir yendo de viaje a otra ciudad o pueblo, y mejor si evitamos los destinos turísticos demasiado concurridos, ya que demasiado ajetreo podría distraernos de nuestro objetivo.
Nuestro compañero Juanma Zarza, creativo digital, cuenta que hace algunos años decidió escaparse unos días a Palencia para perfilar una idea de negocio que quería poner en marcha. “Ese tiempo en Palencia me resultó muy fructífero. Encontré un hostal y una cafetería donde me sentí cómodo y pude dedicarme a desarrollar mi idea tranquilamente, mejor que si me hubiera quedado en mi casa”, resume.
Desde que está en Súmate, a Juanma ya no le dejamos largarse tan fácilmente a correr aventuras. Pero no le hace falta, porque aquí es capaz de crear piezas tan originales y rentables para nuestros clientes como un probador virtual con realidad aumentada, acerca del cual podrás saber más si pinchas aquí abajo:
