Internet se parece cada vez más a un bazar donde hay muchísimo de todo, bueno y malo. Esto hace que tengamos múltiples opciones para elegir; el problema es encontrar las adecuadas, tarea para la cual contamos, afortunadamente, con buscadores como Google que nos ayudan a separar la paja del grano. Y, ¿cómo lo hacen? Pues en respuesta a esta pregunta Google acaba de publicar la última actualización de los criterios siguen sus evaluadores para determinar el nivel de calidad de las páginas web. En sus propias palabras, se trata de unas directrices que explicitan lo que Google considera que los usuarios persiguen encontrar cuando realizan una búsqueda.
Tomando como base este documento, que Google apunta que mantendrá en constante actualización y que mostrará al público en general periódicamente, veamos qué factores definen a una página web de calidad y, por tanto, digna de ser valorada como una fuente de información útil para el usuario y de aparecer en las primeras posiciones de los resultados de búsqueda.
Calidad del contenido central
Uno de los criterios de mayor peso es la calidad del contenido principal de la página, entendiendo como tal que se trate de contenido que cumpla la función para la cual se ha diseñado, que contribuya a que el sitio web en que se inserta alcance sus objetivos. Es decir, que si el fin es vender un producto, la página debe ofrecer una información prolija acerca de sus características y precio; si se trata de entretener, el contenido debe estar presentado de forma agradable y atractiva para el internauta; etcétera.
En general, para que el contenido central sea de calidad:
- Tiende a conllevar tiempo, esfuerzo, conocimiento especializado o habilidades muy concretas para su elaboración.
- Su extensión / tamaño / volumen debe ser acorde con la profundidad del tema que se aborda en la página web. Asuntos muy amplios suelen requerir contenidos largos para alcanzar una calidad amplia; cuestiones concretas pueden resolverse en menos espacio sin que por ello se vea afectada la calidad.
Para determinar este nivel de calidad del contenido central debemos tener siempre presente cuál es la temática del sitio web para establecer qué debemos razonablemente esperar encontrar en el portal en cuestión.
Conocimiento especializado, credibilidad y autoridad
Directamente relacionado con la calidad del contenido central es el conocimiento especializado de su autor -ya sea de carácter individual o corporativo-, y con ello la credibilidad que transmite y la confianza que inspira. En algunos casos este conocimiento deberá ser de carácter formal (titulación universitaria o especializada, implicación en investigaciones, cualificación profesional…); en otros, bastará con lo que Google denominada como “experiencia de vida”, esto es, sabiduría acumulada a través de las vivencias y actividades del día a día. Una vez más, el tema de la página web servirá para establecer qué tipo de “experto” debería estar detrás del contenido que se vierte.
Buena reputación
A lo que la página es debemos sumar lo que se dice sobre ella o, dicho de otro modo, su reputación. ¿Qué importa en este campo?
- Que el sitio web haya recibido premios o haya sido recomendado por asociaciones o agrupaciones profesionales del sector.
- Que tenga un alto volumen de comentarios, que haya generado una comunidad en torno a él, que sea popular y registre interacción con sus contenidos.
Calidad del contenido complementario
Junto al contenido principal, en las páginas web suelen incluirse una serie de elementos complementarios que enriquecen la experiencia del usuario. Este sería el caso de menús y enlaces que permitan ampliar la información o sugerencias para acceder a contenido relacionado.
Funcionalidad del diseño de la página
También cobra gran importancia la presentación del contenido, es decir, el diseño de la página y su funcionalidad. Google resalta que no es necesario que la página sea bonita, sino que la clave está en que la disposición de la información sea la idónea para que el portal cumpla con sus objetivos. Más allá de consideraciones estéticas:
- El diseño debe ser funcional y ha de aportar claridad para una mejor comprensión del contenido principal.
- Los anuncios y el contenido suplementario no deben distraer ni confundir al usuario.
Información sobre el sitio web
Aunque está prácticamente generalizado, no está de más recordar que un sitio web debe dar siempre cierta información sobre sí mismo: desde un apartado que detalle la identidad de sus creadores (del tipo “Sobre Nosotros”) a una página de contacto o unos canales de atención al cliente, pasando por apuntar quién se ocupa del mantenimiento del portal.
Frecuencia de actualización conveniente
Obviamente, la frecuencia de actualización dependerá de si el sitio web corresponde a un medio digital o de si se trata de la página de un negocio local donde se producen pocas novedades pero, en todos los casos, esta debe ser suficiente y apropiada para lograr su propósito.
Revisar si tu sitio web cumple con todos estos factores y corregir aquellos donde esté fallando te ayudarán a incrementar su nivel de calidad y, en consecuencia, a obtener una mayor visibilidad en Google.